Dios siempre tiene el control


Reconozco que, muchas veces, no entiendo por qué pasan cosas malas. Aun así, creo que Dios tiene un propósito para todo lo que hace o permite. Mi fe se basa en la doctrina bíblica que dice que el Señor es soberano (Sal 22.28). Él tiene el control absoluto de este universo, del clima natural y político de esta tierra, y de mi vida y la suya.
Cuando estamos en medio de una prueba, es difícil resistirse a clamar: “Señor, ¿por qué está sucediendo esto?” Algunas veces tenemos la respuesta, y otras veces no. De lo que sí podemos estar seguros es que nada sucede por casualidad o accidente. Él tiene un propósito, aun para nuestras experiencias más dolorosas. Además, tenemos esta promesa del Señor: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Ro 8.28).


Es muy difícil, por no decir imposible, ver con antelación cómo utilizará el Señor el mal o el daño para nuestro beneficio. Mi limitada perspectiva humana no me permite captar su plan superior. Pero puedo asegurarle la verdad de esa promesa bíblica, porque la buena obra del Padre celestial se hace visible en mis dolores, dificultades y deficiencias. He experimentado cómo Él ha convertido mi lamento en alegría, y también he cosechado abundantes bendiciones y beneficios de mis horas más oscuras.
Debemos aceptar que lo que hace Dios no siempre parece tener sentido. Isaías enseña que sus caminos y sus pensamientos son más altos que los nuestros (Is 55.9). Pero podemos confiar en que Dios tiene el control, no importa cuán alocado parezca nuestro mundo.
Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. Isaías 45:5-7

Cuando te casaste


Cuando te casaste con tu pareja le aceptaste tal cual como es. ¿Qué ha sucedido, que ahora vives enfocada en sus errores de tal manera que quieres hacerle como tú? Cantidad de personas se acercar a el Pastor dando quejas de sus cónyuges que no quieren cambiar esa forma grosera, altanera y altiva de ser; pero no pensamos que en su mayoría cuando exigimos el cambio en otras personas somos nosotros los que debemos cambiar.


Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor. Efesios 4:1-2


Como nos gusta que los demás nos soporten y nos acepten tal como somos pero que difícil se hace entender, aceptar y recibir a los demás con sus defectos y debilidades. En el matrimonio sucede algo muy particular y es que cuando descuidamos nuestro principio de amor, ternura, y carisma le empezamos a dar espacio, lugar y tiempo a lo que poco a poco va deteriorando la relación.


Tal vez has estado demandado el cambio en tu pareja pero, ¿No será que la que necesita cambiar eres tú? ¿No será que has empezado a mirar cosas que antes no le dabas tanta importancia? Muchas veces demandamos algo en los demás que Dios ha demandado de nosotros pero en la realidad eso nunca sucederá ya que las demandas de Dios son individuales y no podemos creer y esperar que los demás hagan, actúen y vivan como Dios nos ha mostrado a nosotros.


No será que la que necesita dar un cambio eres tú? El principio más poderoso de esta palabra es el AMOR, ya que si hay amor va haber humildad, mansedumbre, paciencia y por lo tanto van a poder soportarse. Aunque aveses dicen YA NO SOPORTO A ESTE HOMBRE! Siempre en lo mismo!, Nunca Cambia!, Hasta Cuando será esto!!! Es lo que muchas dicen pero, déjame decirte que nunca en tu pareja va a ocurrir un cambio que no haya sucedido en ti.
Así que no demandes en tu pareja algo que no ha sido hecho en ti; sopórtalo con toda humildad, mansedumbre y paciencia en AMOR. Porque a eso fuimos llamados a amarnos los unos a los otros. Se acabo el tiempo de estar mirando la paja que tiene tu pareja; empieza a sacar la viga que tienes en tu propio ojo para entonces poder ayudar a tu pareja a cambiar si así lo necesita.